Creo que fue Lebron James el que dijo que con los años había aprendido a dosificarse durante los partidos: va solo en un contraataque y en vez de hacer un mate salvaje deja el balón suavemente contra el tablero para hacer una bandejita. La canasta vale lo mismo, pero el esfuerzo es mucho menor. Así es como logra llegar fresco a los finales de partido, a los finales de temporada. Así sigue siendo, a sus 36 años, uno de los jugadores más dominantes de la NBA. Pues esto mismo es lo que están haciendo los Chiefs en este último tramo de la temporada en el que tantas dudas están generando.
Pero antes de intentar justificar mi teoría (creo que compartida por muchos) voy a empezar siendo totalmente objetivo: el partido del domingo lo ganamos por pura suerte. Si esa intercepción no se llega a escapar, si ese field goal llega a entrar… Los Falcons son otro de esos equipos que nos podría haber ganado “si…”, pero que tampoco nos ha ganado. ¿Por qué? Porque cuando los Chiefs necesitan apretar, lo hacen.
Fijaos en esto: después de un intercambio de punts anotan los Falcons. En el siguiente drive anota Kansas. Vuelve el intercambio de malos ataques (o de buenas defensas), segundo touchdown de Falcons y justo después llega el segundo touchdown de Chiefs. ¿Casualidad? Mirando la secuencia de nuestro primer touchdown yo quiero pensar que no: 12 jugadas, nada de big plays, tan solo moviendo cadenas, y con solo dos pases incompletos (esa línea ofensiva cayéndose a pedazos…). ¿Es esta la forma de jugar de un ataque que tiene problemas? Yo, insisto, quiero pensar que no.
Sí, hubo imprecisiones, intercepciones, malas decisiones, incluso una fantasía de 4&1 que nos jugamos muy cerca de su red zone (para mí esto no es más que probar cosas en un partido en el que no te juegas demasiado). Pero esto es, ni más ni menos, lo que sucede en cualquier partido de NFL. Lo que también hubo, y es lo que diferencia a estos Chiefs del resto de equipos, es calidad en los momentos en los que de verdad hizo falta. Y una enorme defensa, también hay que decirlo.
Por eso, hasta que perdamos y nos vayamos a casa cabizbajos (porque la siguiente derrota, si es que llega, será ya en playoffs), yo voy a seguir en el barco de los que piensan que el equipo está jugando a medio gas para llegar fresco a los partidos importantes.
Porque así es como se ganan títulos.