El primer drive del tercer cuarto duró siete minutos y medio: bastante carrera, pases de cinco o seis yardas y touchdown. Paciencia y control del reloj. El típico drive que haría un equipo que va por delante en el marcador y quiere quemar minutos. Sin embargo, en ese momento los Chiefs iban todavía doce puntos abajo. Sí, quedaba todavía mucho partido, pero me parece muy significativa esta decisión. ¿Por qué?
En el primer drive del último cuarto, Mahomes lanza un pase de infinitas yardas que Hill atrapa y convierte en touchdown. Una jugada de catorce segundos que, además de para anotar, sirve para responder a la pregunta anterior: es tal la capacidad de poner puntos en el marcador que tiene este equipo, que puede permitirse el lujo mantener la posesión cuando lo lógico sería intentar avanzar rápido para remontar porque prefieren dejar sin tiempo a sus rivales. Saben que la mayoría no puede hacer lo que ellos: anotar en catorce segundos o darle la vuelta a una Superbowl en poco más de siete minutos.
Para mí, ese drive del tercer cuarto demuestra la confianza de un equipo que se sabe ganador, aunque vaya perdiendo. Y esa actitud ya es una victoria con la que además se ganó el partido.