Los Kansas City Chiefs pusieron punto final al mes de noviembre con un récord inmaculado de cuatro victorias y cero derrotas, la última frente a los Cowboys (19-9) en una exhibición defensiva inimaginable hace poco más de un mes. La defensa de los Kansas City Chiefs ha minimizado casi hasta a la absoluta nada a dos de los grandes ataques de la NFL como son el de Green Bay y el de Dallas. Dos ataques con tendencia al juego aéreo, pero con juegos de carrera francamente por encima de la media capitaneados por Aaron Jones y Zeke Elliot, respectivamente. Es de justicia mencionar que en esos enfrentamientos faltaban estrellas del calibre de Aaron Rodgers y Amari Cooper en los rivales. Pero la NFL esta misma temporada nos ha demostrado en multitud de ocasiones que todos estos condicionantes con lesiones y estados de forma importan más bien poco.
Yendo a lo concreto del partido frente a los Dallas Cowboys, la defensa de los Chiefs maniató durante todo el partido al ataque de Dalas. Y todo con un jugador por encima del resto llamado Chris y apellidado Jones. El líder de la Sack Nation dejó una actuación despampanante con 3.5 sacks frente a una línea ofensiva donde faltaba Tyron Smith pero que venía rindiendo a gran nivel. A pesar de las bajas en el cuerpo de receptores, el plan de partido de esa unidad no estuvo a la altura de lo que se exige para ganar un partido de la máxima exigencia. Es posible que insistiesen poco en el juego de carrera pese a que los Chiefs empezaron frenándolo con bastante seguridad.
Todo empezó en esta presión al QB rival, pero la secundaria jugó un partido realmente fascinante ante un grupo de receptores mermado pero muy versátil. Thornhill, Mathieu, Sneed y Ward jugaron todos y cada uno de los snaps defensivos; Soreensen y Fenton fueron rotando para acompañarlos. Tyrann Mathieu (llegaba tocado) y el sustituto de Sorensen no concedieron ninguna big play a un ataque que las busca mucho gracias al brazaco de Prescott y Charwarius Ward eclipsó a L’Jarius Sneed con una gran intercepción justo antes del descanso mientras defendía a CeeDee Lamb.
Mientras la defensa realizaba un trabajo fascinante (tanto que ganó ella el partido), el ataque nos mostró dos versiones totalmente opuestas. Una dominante como nos llevan acostumbrando estos últimos años en que sumaron 16 puntos en las tres posesiones de balón del primer cuarto. Mahomes estaba siendo bastante preciso encontrando a receptores secundarios como Hardman y Pringle, pero destacando por encima del resto de nuevo Travis Kelce. Hasta Clyde Edwards-Helaire, que volvió a jugar tras una prolongada ausencia, estaba pudiendo producir yardas terrestres. La maquinaria que parecía engrasada y camino de conseguir abrir brecha en el marcador acabó con el motor gripado para el resto del partido. Las penalizaciones en la línea ofensiva ponían trabas a la continuidad de los drives ofensivos, se estaba infrautilizando el juego de carrera y los receptores dejaron caer (uno, otro para intercepción) tres o cuatro balones condenando así varios drives.
Aunque la mejora de la defensa de los Cowboys se explica a través de un único nombre propio: Micah Parsons. El LB rookie de Penn State jugó la mayoría de snaps en la posición de EDGE (por la baja de Demarcus Lawrence) como ya hizo en varios partidos a principio de temporada. Y el coordinador defensivo de los Cowboys no se calentó la cabeza y colocó prácticamente en cada jugada a Parsons sobre Andrew Wylie, el tercero de los RTs de los Chiefs. El resto de la línea ofensiva lo notó y empezó mostrarse débil en protección de pase también por el costado de Orlando Brown, faceta en la que el LT sigue dejando muchas dudas. Solo Chris Jones en el otro lado del balón pudo robarle el show a un Micah Parsons que dejó todo tipo de jugadas de nivel élite presentando así su firme candidatura a rookie defensivo del año. Entre Micah Parsons y Chris Jones estuvo el gran duelo (indirecto) del partido.
El mes de noviembre se cierra con la semana de descanso para los Chiefs en el fin de semana de Acción de Gracias. Una jornada de descanso francamente importante para tratar de recuperar a uno de los lesionados para el RT y para preparar un pequeño Tourmalet que se viene para empezar diciembre con tres partidos divisionales consecutivos. El récord de 7-4 es fantástico y nos coloca como principales candidatos al #1 de nuestra división y con opciones de mirar al #1 de una AFC que está jodidamente impredecible.