Cuando empezaba la temporada de los New York Jets todo aficionado que se precie de la NFL tenía, como mínimo, curiosidad sobre dónde llegarían estos New York Jets con su flamante (aunque ya conocido por todos) nuevo QB Aaron Rodgers. Después de meses de constantes idas y venidas, rumores, retiros espirituales al más puro estilo Pequeño Saltamontes ayahuasco, Rodgers llegaba a los Jets de Robert Saleh levantando mares de tinta y, sobretodo, mucho hype en una afición muy necesitada de ídolos. Pero la realidad fue cruel (en mi opinión,kármica) y Aaron Rodgers apenas jugó un snap con su nuevo equipo antes de caer lesionado para toda la temporada.
Tengo que decir que Zach Wilson, discutido sustituto de Rodgers, cuajó seguramente su mejor partido esta temporada (tomen nota de ese primer drive de la primera mitad), en mi opinión jugó un buen partido yendo de menos a más pero quizás, como bien decía Chris Collinsworth, presa de un sistema de juego (west coast offense) totalmente nuevo y extraño para él.
El ataque de los Chiefs sigue jugando a rachas. Los receptores no acaban de coger el timing con nuestro QB estrella Pat Mahomes; seguimos presa de unos cuantos drops y, sobre todo, seguimos presa de un Right Tackle (Jawaan Taylor) que logró lo nunca visto: un safety por un facemask en la propia End Zone. Es cierto que Mahomes no jugó su mejor partido pero sigue siendo, por mucho, el mejor QB de la NFL, quizá fruto de esta falta de sinergia con sus receptores o, quizá, fruto de la falta de chispa desde la banda.
No obstante nuestro Isiah Pacheco logró 115 yards y una media de 5,8 yardas por acarreo y 1 TD, cuajando la mejor actuación de un jugador del ataque anoche. Creo que estamos ante un gran corredor , si la cabeza y las piernas le acompañan.
Nuestra defensa sigue a un nivel espectacular. Nuestro front 7 es duro, fuerte y sigue el plan que Spagnoulo canta desde la banda. Mantuvo durante los momentos de desconexión del ataque, que coincidieron con el safety y la intercepción de Mahomes, y fue en gran medida responsable de que el ataque tuviera opciones hasta el último momento.
El siguiente partido en la siempre gélida Minneapolis donde esperemos que el equipo pueda por fin mostrar el nivel ofensivo que todos esperamos, y que sin duda tienen, y empiecen a callar bocas.