Antes de empezar esta crónica he de confesar varias cosas. He visto la derrota de los Kansas City Chiefs por 31-34 contra los Cincinnati Bengals sin los comentarios ni de Álvaro Rodríguez en Movistar ni de Tony Romo en la CBS y en multipantalla con el Redzone y el Barça. Vamos que mi visión del partido está un poco sesgada por el contexto. En condiciones normales vería repetido el condensed y haría esta crónica, pero el partido me ha causado tal frustración que creo que me vendrá bien escribir estas líneas.
Esto es una crónica, vayamos por el orden. El partido comenzaba con un ‘3 y fuera’ rápido para cada equipo, pero el ataque que acabó imponiéndose primero fue el de los Chiefs con una buena recepción para TD de Demarcus Robinson, hecho remarcable porque su temporada está siendo bastante mala. En el siguiente drive, la defensa de los Chiefs se volvía a imponer. Dos sacks en dos drives consecutivos de Frank Clark y Chris Jones echaban al traste el turno de ataque de los Bengals; el de los Chiefs contestó poniendo 7 puntos más en el marcador con un TD de Travis Kelce.
Todo iba perfecto hasta que apareció JaMarr Chase, receptor rookie de LSU y estrella de la NFL en su primera temporada como profesional, para poner el partido patas arriba por completo. Dejó su sello por primera vez en una recepción de 72 yardas para TD en que los defensas de los Chiefs no atinaron a placarle pese a tener varias opciones. Debilidad defensiva que se siguió mostrando en el resto del partido y que, por suerte, no habíamos apreciado durante la racha victoriosa de los Chiefs.
Chiefs y Bengals intercambiaron golpes ofensivos en el 2Q para irse 28-17 a favor de los Chiefs al descanso. Resultado que pudo ser completamente diferente tras dos jugadas determinantes en el último minuto del 2Q. La primera fue un holding que echó a perder un retorno para TD de Byron Pringle; la segunda, un drop de Tyreek Hill (créditos al defensor) tras un pase bestial de Mahomes. Que por cierto, estaba jugando a un nivel demencial.
La dinámica favorable del final de la primera parte la mantuvieron los Bengals para sumar un TD solo salir de vestuarios en otra big play de Chase y Burrow. Esta se fue para 69 yardas más y en ella quedó retratado de nuevo Daniel Sorensen, aunque es de justicia recordar que había mejorado su rendimiento recientemente. Mientras tanto, lesiones en la línea ofensiva. Nuestro LT Orlando Brown se fastidió en el calentamiento, posición que ocupó un Lucas Niang que acabaría abandonando el partido con el tendón rotuliano roto. El ataque no carburó en el 2T: solo tres posesiones ofensivas que acabaron en un tres pobres puntos tras un FG de Butker. Y mira que se estaba consiguiendo correr porque los Chiefs se han convertido en un equipo mucho más duro y dominador en las trincheros. Crédito a los rookies Humphrey y Smith.
En defensa, sudábamos la gota gorda. Los Bengals trataron de aprovechar su máxima fortaleza como es el juego aéreo y todas las jugadas 50/50 las acabaron ganando ellos con un Chase que tienen un instinto bestial para la recepción, estuvo jodidamente dominante. Nuestros DBs no fueron capaces de conseguir jugaras que cambiaran el ritmo del partido. Ward, Fenton y Sneed sufrieron muchísimo y acabaron cometiendo múltiples penalizaciones que pusieron la puntilla a esa defensa.
Podría repasar las crónicas del resto de la temporada, aunque creo que ninguna de ellas me he centrado mucho en los árbitros para explicar el desarrollo del partido. Esta vez sí que creo que fueron totalmente determinantes y que el resultado no se justifica sin explicar sus decisiones, acertadas o no. Interferencias de pase defensivas de Fenton y Ward muy justas, una dureza excesiva en un placaje de Sneed que formaba parte de la jugada y una salida falsa flagrante de un guard de los Bengals que se han comido cuando estaban en la mismísima yarda 1.
No quiero justificar la derrota, solo tratar de explicarla. Porque hubo una cosa que me cabreó más que el arbitraje y fue la gestión del crono de Andy Reid en los dos últimos minutos de partido. Porque Reid decidió quemar los tiempos muertos y tratar de aguantar el empate en el marcador. En parte lo consiguió hasta que una penalización de Sneed puso el partido en bandeja para los Bengals tras el FG de su kicker que está haciendo un temporadón. Yo hubiera sido claramente partidario de dejarse anotar, guardarse los dos tiempos y confiar en el ataque. Es cierto que no había estado bien en el 2T, pero es la gran fortaleza del equipo y hay que potenciarla y usarla correctamente.
Bueno, derrota merecida ante unos buenos Bengals en un partido en que fuimos claramente de más a menos y que es fundamental en la lucha por el seed #1 de la AFC. Este, como la temporada pasada, otorga una ronda de descanso en playoffs y ahora lo ocupan los Titans tras su victoria ante Dolphins. Tocará salir con todo ante los Broncos en el último partido de temporada regular.