¿Vosotros entendisteis algo de lo que pasó noche? Yo no. A mí no me quedan adjetivos para tratar de describir el partido que vimos ni adverbios para tratar de matizarlo o exagerarlo. Podéis ponerle el calificativo que queráis a un partido que quedará para los anales de las historia de los playoffs NFL. Como espectador completamente parcial sufrí y mucho en este partido, pero gocé los otros tres de una Ronda Divisional gloriosa.
No tengo suficiente espacio en esta crónica para explicar con detalle todo lo que pasó en todo el partido. El partido empezó ‘yendo por la carril’ con ambos equipos tratando de imponer su plan en un escenario en que todo acabaría dinamitándose en unos últimos minutos de football apoteósicos o catastróficos, según se mire. Primero fueron los Bills quien anotaron gracias a las carreras de Singletary y Josh Allen; después fue Mahomes quien contestó con un drive increíble ganando una infinidad de yardas con sus piernas. La foto del touchdown yendo a por el pilón a los Superman es una de las más representativas del partido. Los Bills empezaron bastante conservadores sin querer mostrar su juego en profundo con Stefon Diggs.
A ambas defensas le costó un poco coger algo de ritmo y fue primero la de los Chiefs quien se impuso. Primero Melvin Ingram conseguía el sack sobre Josh Allen para una pérdida de 11 yardas que sacaría a los Bills del rango de FG; después Nick Bolton sumaría un tackle para pérdida de yardas para cortar de cuajo otro drive. La mala noticia fue la lesión de Tyrann Mathieu quien abandonó el campo con una conmoción cerebral tras un golpe de su propio compañero Jaraan Reed. Tras esto empezó el show de Mahomes con el pase. En el drive del segundo TD dejó todo tipo de pases incluyendo un side arm más parecido a un lanzamiento de beisbol y un pase de TD cuando parecía que iba a comerse el sack, pero ahí andaba Byron Pringle para bajarla. En esta secuencia ofensiva, los Chiefs se pusieron las botas a la espalda de Tremaine Edmunds que en ningún momento pudo estar cómodo en cobertura, no es su fuerte.
Los Bills contestaron rápidamente para poner el 14-14 en el marcador con el que se llegaría al descanso tras un FG fallado de Harrison Butker. Hasta aquí todo parecía normal, los ataques imponiéndose con cierta suficiencia y las defensas tratando de sobrevivir. Pero en el 2T todo explotó empezando con dos big plays en el 3Q que dejaron todo como estaba. Primero con Hardman volando sobre el verde y escapando de la multitud rival para anotar un TD con yardas después de la recepción, lo que mejor sabe hacer. Después Josh Allen dejó una bomba absolutamente perfecta en la primera jugada del drive para que Gabriel Davis ganara la batalla en profundo a Thornhill. Este era su segundo TD de una noche que acabaría siendo histórica para él batiendo el récord de recepciones de TD en un partido de playoffs. Y esto fue posible por la pobre actuación del pass rush de los Chiefs. Entre el play action y la amenaza de carrera de Josh Allen, nunca se llegó a presionar al QB con regularidad y Allen castigó a la secundaria con tan tiempo para lanzar. Solo Ingram pudo ser realmente disruptivo en alguna jugada y Jaraan Reed estuvo bien contra la carrera.
La locura del 4Q empezó con un playcalling jodidamente cuestionable de Andy Reid cuando en un 3&1 desde la yarda 7 de los Bills, Blake Bell recibió el snap para correr una especie de option que Jerry McKinnon no acabaría de aprovechar. Los Chiefs perdieron una gran oportunidad de consolidar su ventaja en el marcador tras un gran retorno de Tyreek Hill que permitió comenzar el drive de la yarda 16.
Marcador de 26-21 favorable para los locales. Y aquí empieza lo gordo. Los Bills mueven las cadenas durante 7 minutos hasta la redzone rival, pero entre Chris Jones y Melvin Ingram se encargan de romper la jugada, placar a Singletary y de forzar un 4&13. Faltaban algo más de dos minutos, los Chiefs parecía que lo tenían si conseguían aguantar un drive, les bastaría con dos primeros downs para cerrarlo. Pero Josh Allen sacó un misil, Gabriel Davis destrozó a Mike Hughes y los Bills se pusieron por delante, pero le dejaron demasiado tiempo a Mahomes, poco menos de dos minutos. Entre Kelce con una recepción para 1er down y Hill con un TD de 64 yardas volvieron a darle un vuelco por completo al partido. No sé si habéis visto la evolución de la probabilidad de victoria, pero en los últimos minutos fue un auténtico descontrol, como nuestro ritmo cardiaco que trataba de regular lo que nuestros ojos no se creían estar viendo.
Pero de nuevo, demasiado tiempo para el rival. Esta vez poco más de un minuto, pero suficiente para que Josh Allen moviera las cadenas y acabara encontrando a Gabriel Davis (sí, otra vez aquí) en una jugada donde la comunicación de la defensa brilló por su ausencia. 13 segundos, parecía acabado, los Bills lo celebraban ya en la banda. Pero Mahomes nunca dejó de creer y la defensa de Bills colapsó concediendo 44 yardas en dos jugadas que fueron suficientes para que Butker (menos mal) lo mandara a la prórroga.
Las prórrogas en la NFL ya sabemos como van, más en un partido donde los ataques se impusieron tan rotundamente a las defensas. Los Chiefs ganaron el lanzamiento de la moneda y sobre el alma del ataque recaía la responsabilidad de pasar a la historia en el mejor partido de la temporada. Y no defraudaron claro, como lo iban a hacer tras tan bárbara actuación de Patrick Mahomes durante todo el partido. 75 yardas, 9 jugadas, 4:15 de reloj y una recepción increíble de Kelce después dieron la victoria a los Chiefs para pasar a la final de la AFC.
Si en octubre nos dicen que estaríamos vivos a estas alturas de postemporada, hubiésemos firmado con sangre. Así que disfrutemos. Y recordad, nunca jamás volváis a apostar en contra del equipo de Patrick Mahomes, él encontrará formas de ganaros. El partido de ayer fue insuperable y espero haber estado a la altura en esta crónica.